Por Víctor Barrera
Se hizo de manera oficial la presentación del Plan Michoacán, con el objetivo de atender las causas que han provocado un alto índice de inseguridad y el asentamiento en una gran parte del estado de grupos criminales.
Este Plan cuenta con un presupuesto de más de 50 mil millones de pesos, para tratar de erradicar lo que en siete años no se ha logrado, que es erradicar a esos grupos criminales, y que han dejado una gran cantidad de ediles amenazados por estos grupos de no cumplir con sus peticiones. Es decir, estos grupos criminales son los que verdaderamente administran esos municipios o de lo contrario podría perder la vida el edil.
Los asesores de Claudia Sheinbaum, a quine se les ocurrió esta enorme idea, pensaron que poner en marcha en Michoacán este Plan podría ser de beneficio, para la figura presidencial. Sin embargo y aunque los gobernadores y gobernadoras no lo pidan, la población de otros estados como Colima, Sinaloa, San Luis, Hidalgo, Sonora, Morelos, Guanajuato, Baja California, Veracruz están esperando con ansiedad que también se les tome en cuenta porque la inseguridad y el miedo son dos factores predominantes en esas entidades.
Pero rescatar Michoacán, porque simbólicamente representa crear una estrategia diferente a la de Felipe Calderón, pero igual en militarización del estado, algo que incentiva un enfrentamiento entre las fuerzas armadas y los grupos criminales. También da pie a que otros estados pidan ser rescatados no de los grupos criminales, que posiblemente existan, sino de la pobreza que aún se mantiene en estos como son Oaxaca, Chiapas, Tabasco, Guerrero, Baja California Sur, Campeche.
Esto pone n claro el mapa, los grupos criminales abarcan una buena parte del país y la pobreza no se ha erradicado aun cuando se insista que han salido 13.4 millones de mexicanos de ella.
Todo esto muestra que Morena y sus administraciones, en los tres niveles, poco han hecho para resolver los problemas que cada entidad. Y por ello la necesidad de crear una narrativa de logros aunque la realidad sea otra.
A Morena, como partido político, se le reduce su capacidad de maniobra y todo lo que proclama como un cambio simplemente se muestra como el abuso del poder de sus limitantes y la poca acción del partido y las autoridades para sancionar esto.
El próximo año, cuando se lleven a cabo los comicios intermedios, posiblemente Morena aplicara un plan que se base en la distribución de dinero a lo largo y ancho del país y a las advertencias de “no votar por morena es perder los programas sociales”, sin embargo la gente empieza a reconocer que nadie puede quitarles esos derechos, que ya están en la constitución y que intentar cooptar el voto con ello representa un delito, el cual dudo quieran cometer las autoridades porque en ello van los triunfos electorales.
La oposición, representado por el PRI y PAN, tienen una gran oportunidad de resurgir como la alternativa, el problema es que los dirigentes de estos partidos políticos aun no pueden ser aceptados como tales por el resto de la población ante las acusaciones que pesan sobre ellos.
E probable que antes de efectuarse los comicios intermedios ya se habrá aprobado realizar la consulta de revocación de mandato el mismo día de estos comicios. Y posiblemente Morena pueda ganar la mayoría de las gobernaturas, de congresos locales y de la cámara de diputados, Sin embargo, posiblemente la aceptación de la gente en cuanto al trabajo a nivel federal siga cayendo porque una cosa es ganar elección, con dinero y otra es la gobernabilidad que debe prevalecer en el país. Porque algunos estados están colmados de problemas que poco ayudan a Morena y pone en entredicho el cambio prometido.
La autollamada 4T empieza a enfrentar sus propios errores y esto tarde o temprano será un lastre pesado para mantener el poder.
